Muchas veces (no
todas), un programa está formado por un conjunto de archivos. El programa en sí
mismo tan sólo es uno, pero necesita de esos otros para poder funcionar. En
muchas ocasiones (no en todas), esos archivos tienen que estar colocados en
diferentes partes del sistema, a veces relacionados con otros archivos. Y, en
otras, además, los programas tienen que registrarse en el registro de Windows
para que el sistema funcione correctamente.
Todas estas tareas se pueden hacer a mano, pero en
muchas ocasiones resultan complejas y laboriosas. Es por eso que casi siempre
se utiliza un instalador: un programa especial que realiza todas esas
tareas de manera automatica,
Usar un instalador es sencillo. Sólo vas leyendo
las indicaciones que te aparecen. Generalmente, tan sólo se trata de hacer clic
en “Siguiente” (o “Next”). Algunos presentan la opción de instalarsolamente
algunos elementos. Otros, nos permiten cambiar la carpeta donde se colocará el
archivo.
Al terminar de
instalarse el programa, la mayoría coloca accesos directos en el menú “Todos
los programas” y en el escritorio.
Es importante
conservar siempre los instaladores, pues el programa puede ser que se dañe en
algún momento y que necesitemos reinstalarlo.
Existen varios
programas para hacer instaladores ejemplos innoSetup, Smart instaler maker,
Install Shell.
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